Cuando salí de la consulta, le pregunté a la enfermera administrativa, que no dudó en ningún momento en llamarme cariño, que por qué tanta prisa en despachar gente. Una señora que andaba por allí declaró, como la que no quiere la cosa, que veía salir a los pacientes demasiado rápido. Al llegar a casa, investigue cuál era la carrera exitosa de este individuo: catedrático de su especialidad y presidente de la asociación de su especialidad, entre otras muchos méritos. El problema de desempeñar un puesto lectivo en el que este señor desgrana su conocimiento es que no se trata sólo de eso, sino también de mostrar actitudes. Lo de la presidencia imagino que será producto de movimientos orquestales en la oscuridad.
Ya lo comenté la semana pasada: lo único que diferencia la seguridad privada de la seguridad pública es la velocidad, no la calidad. De seguir esto así, habrá que volver al chamanismo y la curandería. Por lo menos en esos sitios te miran a los ojos y te tocan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario