No me queda más remedio
que sospechar que algo está pasando en el ornitologic world del
lugar donde vivo. El pájaro de este cartel viene a engrosar la
nómina de aves desaparecidas en un radio de 200 metros en los
últimos meses. Hace una semana publiqué un comentario acerca de
otro anuncio sobre el extraviado Love –gran hallazgo el nombre–,
hermosa ninfa que, según el dueño, silbaba “La cucaracha” y se
había criado a mano. Esta vez le toca a “Piticli”, tal vez menos
selectivo que Love (vuela con cualquiera y pica cualquier cosa), pero
igualmente importante para los compañeros de hogar (“Piticli tu
familia te echa de menos”).
Observando detenidamente
las existencias fallidas de estos dos seres, ambos coinciden en que
estaban en manos de unos tipos horteras y pusilánimes. En el fondo
estos pájaros exóticos, a pesar de sus nombres (ninfa e
“inseparable”), se piran al menor atisbo de sensiblería y
llanto. Los imagino tomando las de Villadiego para robar alpiste a
cándidos canarios y echándole huevos a la pajarada no doméstica
del barrio. Si los ven, ni se paren. Puede que el dueño esté cerca,
y ahí no hay escapatoria posible. Guten Nacht, amigos.
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