una nube anaranjada por el sol de la tarde.
Los pájaros vuelan hacia el Sur.
El fulgor reverbera en los tejados,
a través de los sorprendidos ojos de chimeneas en penumbra.
El último vahído luminiscente del sol.
El mirlo recortado en el tejado.
Fuga de luz.
La mirada colgada
en un archipiélago de nubes
que no reconocerán futuros navegantes de atardeceres:
la tarde casi extinta
se llevará los mapas.
[poema encontrado en una cartera antigua, 21 de septiembre de 2014]
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