miércoles, 31 de agosto de 2011

El amor, esa bagatela


El amor, esa bagatela adolescente que a medida que pasan los años se va convirtiendo en otras sustancias de muy diferentes densidades (aburrimiento, costumbre, cansancio, militancia pequeño-burguesa, apareamiento, crianza, etc.), siempre tiene teóricos domésticos. Ayer me senté junto a dos en un vuelo low cost que me devolvía de la sucia Marsella a la City. Dos mujeres (pongamos Chari y Trini), de unos 45 años, sobadas por el tiempo y por la vida práctica de la soltería a edades avanzadas, hacían sudokus. Chari adiestraba a Trini en este arte matemático. En las dos horas de viaje, la aprendiz Trini, portadora de la revista Sudoku basic, apenas logró rellenar un par de casillas, más interesada como estaba en hablar del Paco.

Trini: “No lo sé, tía, que no me apetece ahora otra vez empezar y darle otra oportunidad. El Meetic nos unió y el Meetic nos ha separado. ¿Qué quieres que te diga?”

Chari: “Pues a empezar otra vez. Busca, compara y si encuentras algo mejor (seguro), te lo quedas y te das el gusto”.

A Trini le huele el aliento a papas aliñás mezcladas con extractos residuales de tabaco. De la camiseta de tirantas emergen unas espaldas entradas en carnes, fláccidas y descorazonadoras. Su mirada estabulada tras unas gafas de pasta roja es triste y ojerosa. Me pregunto si están estas mujeres más autorizadas que cualquier otra persona para hablar del amor. Supongo que sí. Me entristece que Trini sea incapaz de terminar su pasatiempo. Confío en que sea la cabeza puesta en Paco lo que no la deja saltar del sudoku básico número uno al dos. Ambas miran por la ventanilla cuando se anuncia el inminente aterrizaje. Sus cuerpos se amontonan sobre el cristal. Otean a vista de pájaro la vuelta al mundo gris de la costumbre y el desamor. La vida es flácida cuando no se logra terminar los crucigramas. Ojalá el otoño sea reparador.




2 comentarios:

  1. Estamos tan mentalizados/as y tenemos tan interiorizado que debemos tener una pareja que muchas veces no somos capaces de terminar un crucigrama o de ver más allá y darnos cuenta de que la vida no gira en torno de la pareja o de las múltiples posibilidades que nos ofrece la vida. Hay gente que prefiere emplear su tiempo en estas páginas para buscar pareja en lugar de alguna actividad donde también se conoce gente.

    Un abrazo Manolo,
    Tamara

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  2. Le recuerdo, querido amigo, aquel albur de Aledo Luis, donde nos advertía sobre el otoño...demasiado pronto para morir, demasiado tarde para enamorarse...

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