lunes, 3 de septiembre de 2012

Fin de verano con Hopper



El verano acabó en Madrid al calor de lo que la linda Tita Cervera y sus museum boys decidieron programar como exposición estrella para el 2012: Edward Hopper y sus evoluciones hacia la concisión de un cuadro como “Dos comediantes”, el último que pintó antes de morir. 


La obra total de Hopper plantea una paradoja en cada estampa: el pintor firmaba con mayúsculas cuando todas sus pinturas estaban traspasadas por motivos aparentemente menores. Incluso la Naturaleza, cuando aparece, figura sin épica ni heroicidades. Soledad, incomunicación. Hopper viene de una tradición que usa el ennui, el spleen, el aburrimiento, como inspiración para algunos de sus óleos. La épica del siglo que se fue y del que empieza está en nuestros salones y nuestros dormitorios, incluso en los habitáculos de nuestros coches, ahí donde tenemos que lidiar con la certeza de que somos los que queremos ser. Las personas que se asoman a la realidad desde el interior de cada cuadro viven introspectivamente en el ensimismamiento de sus historias. Por eso nos gusta Hopper –a pesar de haberse convertido en un tópico en pósters y portadas de libros–, porque nos sitúa ante el espejo de nosotros mismos o de otros que pensamos que no se nos parecen.





Me gustaron las nunca vistas acuarelas, donde muestra un dominio del juego de las luces y los matices. Disfruté sus tonos de azules y sus contrapuntísticos rojos. Del impresionismo del epígono a la brillantez del que construye un estilo propio, Hopper nos deja reflexivos y sin respuesta. En el cuadro que cité arriba, “Dos comediantes”, aparecen el pintor y su esposa de la mano, ataviados como tales a pie de escenario, aparentemente despidiéndose de un público fuera de campo. Creo que ahí sí está la épica que se nos niega en el resto de lienzos: la vida que Hopper presintió que se acababa, la justa medida del agradecimiento y la salida del teatro-vida como lo que somos, los actores de una comedia que no escribimos nosotros.

Si pasan por la capital, no se lo pierdan. 

1 comentario:

  1. Bestial, Manolin!! Que dominio....Nadie lo hubiera expresado mejor.

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