Viví 8 años sin
interrupción compartiendo pared con Maki Yokota, una señora
japonesa de edad indeterminada (oriente no cree en el paso del
tiempo) que lleva otros 30 en la City. La trajeron hasta aquí los
efluvios flamencos que llegaban a su Tokio natal allá por los
ochenta. Dejó madre y hermano en pos de una transculturación
liberadora que la convirtió en una de las primeras bailaoras niponas
en estos pagos sureños. Luego el destino guasón le jugó la mala
pasada de colocar bajo su casa (de la mía también, para qué os voy a contar más) una academia de
flamenco de dudosa insonorización. Maki siempre me recordó al
japonés que interpreta Mickey Roonie en Desayuno con diamantes, siempre quejándose de la vida doméstica de la Hepburn. A cualquier
anomalía acústica que hubiera en mi casa, siempre ponía un
comentario socarrón cuando nos encontrábamos en la escalera:
“anoche poco de fiesta”, “has montado muebles mucho”, “Qué
suerte poder hacer obras en verano”. Su español es telegramático
pero afilado. La academia la dejó lista.
El
otro día la encontré en la calle. A sabiendas de que no es muy dada
a grandes conversaciones, opté por preguntarle si había visto algo
bueno en la Bienal de Arte Flamenco de este año, que está teniendo
lugar ahora mismo en la ciudad. “Yo ya he visto todo lo bueno hace
años. El mundo ha cambiado; el flamenco también. La gente ha visto
la tele y ha viajado. Todo es diferente ahora. Ojalá con la crisis
vuelva el quejío”.
Y se fue. Plantado me dejó con el picaporte en la mano y dándole
vueltas a este conciso proverbio contra la vacuidad y la
capitalización del arte.
Llegan
tiempos de inmersión a las profundidades de nuestros tiempos pasados
a la búsqueda de ostras cuyas perlas iluminen nuestras preguntas.
Para los melancólicos del mundo de ayer y para los optimistas del
porvenir: sólo nos queda esperar la autenticidad del quejío,
venga por donde venga.
deixao ire... que no volva, mellor
ResponderEliminarapertas poderosas, meu!
Oh! Qué alegría más grande volver a encontrarte por acá! Apertas tamén para ti, meu.
ResponderEliminarsi quejío aldea de jabugo
ResponderEliminarpor los picos de la sierra
va rajando
insonorízate
salute compai