
La cosita iba hoy de “oro molido”, la jefa ha decidido que esa sería la frase del día; también le agrada el adverbio hexasilábico “verdaderamente”, que se puede pronunciar aspirado (prueben, prueben) mientras el cerebro rumia alguna frase que embauque a la concurrencia. Le pillo un trozo de conversación con el Jefe de Recursos Humanos: “Tengo calor. Es un claro signo de madurez intelectual”. Aguardo una flexión de rictus que denote la broma. Nada. La reunión prosigue. De los 20 que asistimos, 14 mascan chicle, 8 miran al techo, 7 reciben llamadas en sus celulares y 1, el jefe de Relaciones Internacionales, se quita el zapato y se rasca la planta del pie; luego se huele los dedos. El olimpismo hace su aparición en cuanto expongo alguna medida para mejorar el rendimiento de la compañía. El equipo olímpico, compuesto por la Jefa y sus delfines, dan al traste con casi todo. Se susurran al oído consignas y conspiran al mismo son.
Decido evadirme y pensar en las milagrosas noticias que me han dado hoy dos curritos del edificio, dedicados por la noche a “robar pájaros” de un bosque aledaño a las instalaciones de la empresa para venderlos y pagarse sus vicios. Son unos truhanes, pero me dejan con la boca abierta por sus conocimientos de ornitología: “cazamos jamases, verdones, chamarices, jilgueros, primillas, pipitas, gorriones y cogujadas. Éstas últimas hacen el nido en el suelo. También cazamos perdices a la carrera: si la sigues durante 7 vuelos, al séptimo se quedan plantadas y la pillas”. Para un vil urbanita, amante de las palabras escondidas, esto sí que es oro molido. Vuelvo. Miro la pajarada que tengo alrededor con el deseo de volar a mi nido. Con el alma agarrotada (“el alma está en el cerebro”, Punset dixit), llego a mi ponedero sabiendo, ¡Oh, hipócrita lector, mi igual, mi hermano!, que mañana volveremos a la misma rama.
Menos mal que el pájaro fritanga se guarda sus trinos para sí y los vierte, convertidos en melodioso cantar, en este rincón. Apto sólo para aves de altos vuelos.
ResponderEliminarParafraseando a Billy Pilgrim: "Poo-tee-weet"
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