jueves, 13 de septiembre de 2012

Un Oscar para el fin del verano



El disco más feliz de toda mi discoteca de jazz se lo debo a mi amigo Luisma. Se llama “Hello Herbie” y en él se afanan por hacer una música maravillosa Oscar Peterson (piano), Herb Ellis (guitarra), Sam Jones (bajo) y Bobby Durham (batería). Cualquiera que haya oído con atención los discos donde aparece el bueno de Oscar, ya sea como cabeza de cartel, ya sea como acompañante, habrá constatado que estamos ante un hombre bondadoso, un hombre que toca y deja tocar. Un telegrafista que teclea al fondo de la sala cuando en la puerta alguien silba prodigiosamente, un obrero del piano cuando acompaña por atrás y tiene que estar ahí, pero el foco recae sobre otro. El blues y el swing que contenían los dedos de Peterson lo coloca al lado de los artistas cuya intuición los emparenta con seres capaces de traspasar la línea entre lo mundano y lo genial.

Oigo los 7 temas de “Hello Herbie” cuando ya el verano declina y la savia de los árboles se recoge para regalarnos los colores de otoño. A lo lejos veo a los últimos bañistas de la piscina de la urbanización, ajenos a que sus cuerpos se muevan hoy al ritmo de estos musicazos. El bueno de Lucho, el socorrista argentino que ha estado velando nuestras evoluciones natatorias y que el domingo vuelve a su país, anda por el borde de la laguna clorada con el paso vacilante del que se vuelve a su lugar y deja amigos en la distancia. La ecuación de la melancolía contiene las constantes del tiempo y el espacio sin valores prefijados.

Amigos, se va el verano glorioso del 2012. Dichosos los que hayan llegado hasta aquí. Nos espera la felicidad de los ocres y de los primeros fríos. Oscar Peterson sería una buena compañía para ver caer las hojas. Mil gracias de nuevo Luis.

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