domingo, 3 de abril de 2011

Mudanza

La mayoría de ustedes con el paso de los años ha constatado que la vida es pura mudanza. No hay duda. Para mí, sinceramente, al voluble y caprichoso cambio de la existencia he de sumarle el concepto de la vida como Pura fritanga: bocados -a veces deliciosos, a veces no tanto- fritos con aceite reutilizado miles de veces en las cocinas de los días y las noches. En esas bandejas que todos portamos encontramos pijotas enroscadas,  gambas coladas de rondón, huevas desparejadas, chocos renegridos por su triplemente repetido viaje por la sartén, etc. Cada una de estas frituras son el emblema de un momento de nuestra vida. Que cada uno saque sus conclusiones.  

Pura fritanga es el nuevo parto de los montes. También es heredera de aquellas Fritangas que vine cocinando desde marzo del 2006 para deleite de los gourmets que se acercaron a ellas por el mero gusto de consumir frito variado. Allá quedan para aquellos que quieran volver a saborearlas. Advierto que las frituras frías caen mal en el estómago. El aceite será el mismo, tal vez algo menos puro y virgen que el de aquellos años, pero el móvil de encender el perol será de nuevo el de salvar entre tanto rebozado el perlado brillo de la fritanga acabada de salir.

Una última advertencia. Rebatiendo posturas especulares y alter-egoístas, aclararé que pura fritanga, mal que le pese a Flaubert, no soy yo. Lee lo mismo que yo, ve lo mismo que yo, viaja a los mismos lugares que yo unos días más tarde y compartimos  a los mismos conocidos.  Le envidio su condición de diletante y su edulcorado cinismo. Aborrezco de sus pasajeras caídas en el sentimentalismo melancólico. Es lo que hay. Bueno, comenzamos: siéntense a la mesa y esperen el primer lance de adobo con mucho vinagre. Bienvenidos.

5 comentarios:

  1. ¿Habrá caracoles además de fritura?

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  2. Por supuesto. Ya están llegando, aunque aún amargan un poco. En cuanto estén en su punto, nos tiramos a las barras.

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  3. Sea enhorabuena, y muy acertada reflexión acerca de la paternidad/autoría del parto de los montes. Si te sirve de consuelo de tontos, yo tampoco soy yo, a ver si nos enteramos! :)

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  4. Enhorabuena por la vuelta al monte. Nuestro estómago te lo agradecerá. ¿Se sirven aquí también calamares del campo?

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  5. Denso humo fresco en la doblemente mariana parte norte de la ciudad... voy a por bicarbonato, que no me pierdo ninguna de las raciones. Güelcombac

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