martes, 25 de julio de 2023

Fin

 




Dicen que el aburrimiento es la madre de la creación y el ingenio. Le debo a un mes y medio como miembro de un tribunal de oposición todo el aburrimiento que me ha empujado a elaborar las pocas frituras que habéis leído durante este tiempo. Es todo. Pura fritanga se vuelve a la madriguera sine die. Hoy me he despedido de los cuatro colegas que me han acompañado en este tiempo felizmente extraño, pues a pesar de de las horas muertas, a pesar de la tensión que supone ver a gente que se esfuerza por poner en pie todo el trabajo de un año (o de varios), a pesar del volcado mecánico de datos en un programa de gestión de notas, a pesar de la irrisoria (realmente irrisoria) suma de dinero con la que reconocen todas estas horas (la cuenta sale a seis euros la hora), he sentido alegría mientras compartía con mis compañeros este período.

Pura fritanga es un documento sociológico que lleva funcionando desde el 2011. Si entran en ella pueden leer todo lo acontecido en mi vida y en las de ustedes durante doce años. El tono se ha ido haciendo menos agrio, pero ha conservado el sesgo de preocupación inicial. Pura fritanga retrata a todos los que he sido, pero también a todos ustedes: productores de versos en cadena, adúlteros, ninfómanas, melancólicos naturalistas, fascistas plenipotenciarios, bibliotecarias sin afición a la lectura, profesores sin vocación, madres en el post-operatorios, amigos que se fueron, bebés recién nacidos al mundo, rentistas desalmados, pintores de noche, tenderos fulleros, apóstoles de la tecnología, hombres cargados de razón, mujeres desenamoradas, futboleros, repartidores de pizzas, locos engreídos, enamorados del gratis total, duquesas moribundas, comedores de croquetas, canis sentimentales, banqueros mendaces, informáticos triunfantes, escritores de diverso pelaje y corazón… Todos, absolutamente todos, existieron o podrían existir. Son el retrato de un mundo que se quiebra. En el fondo ese es el gran asunto de Pura fritanga.

Las amigas de Jimi Hendrix siempre contaban que el músico iba con la guitarra colgada a todos lados, al igual que Dylan con sus cuadernos. Los genios solo surgen con el talento y/o el trabajo. Me vuelvo a los cuadernos; me crean menos ansiedad y me salvan de este infierno azul. Espero que mi albacea tenga más voluntad, más palabra y más diligencia que el de Kafka y le pegue fuego a todo en cuanto servidor le indique, ya con un pie en el estribo, que es mejor la llama purificadora que la vergüenza. Pasen un buen verano y busquen, como sabiamente decía Ramón Trecet en los 90, la Belleza.


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