La literatura, como todas las artes, no puede sustraerse a su tiempo. Se tiñe del color de la vida que camina por los senderos de cada momento. Basta con leer los periódicos, ver un rato la tele o trastabillarse por internet para sospechar a que huele la tinta que contará o cantará el tiempo que nos ha tocado vivir.
También vale para la música. Escuchen durante un rato, si no, las letras de los temas de Yung Beef o de C. Tangana. Si no basta con observar detenidamente sus miradas para sospechar sus limitaciones como individuos, apenas treinta segundos admirando sus creaciones ya dan para constatar hacia dónde va la música comercial que consumen (sin control ni interés parental) miles de adolescentes y no tan adolescentes. Lo explícito y lo feo (en lo estético y en lo moral) emergen a cada línea en la creación de estos artistas. Lo que más me llama la atención es que Kiko Veneno y algún componente de Ketama acompañen a este tal Tangana en uno de los vídeos enlazados arriba, lo cual no es más que la muestra de que, además de “producto producido” (valga la redundancia), se trata de una veta creada artificialmente en la mina de la música de ahora. Los gigantes (entendiendo “gigantes” como los que vinieron antes) se empequeñecen portando en sus hombros a estos nuevos “enanos” de circo.
Bernart de Ventadorn, trovador provenzal del siglo XII entra en liza en una pelea de gallos con C. Tangana, juglar del XXI. Casi un milenio los separa. La comparación de unas estrofas de uno y otro da la medida de la aniquilación absoluta que ha supuesto el reguetón y sus alrededores con respecto a las formas de la poesía amorosa dentro de la tradición literaria occidental. Compararlos es como colocar a un águila junto a un espantajo. Por el desagüe se escapa toda la poesía del amor cortés, el Petrarquismo, el Romanticismo, el Simbolismo, el blues, el tango, la bossa nova, la canción melódica, los Beatles, etc. Miren si no:
Ya que con mi señora no me valen
ruegos ni compasión, ni mi propio derecho,
y a ella no le agrada
que la ame, nunca se lo volveré a decir.
Así me alejo de ella y me aparto;
me han muerto y como muerto respondo,
me voy –ya que no me retiene–
desdichado, al exilio, no sé a dónde.
Antes de que muera yo
Pienso follarte hasta borrar el límite entre los dos
Antes de que muera yo
Quiero jugar con mi vida hasta haberle perdí'o el valor
Antes de que muera yo
Le meto a él y a quien venga detrás, no le temo al dolor
Tengo más guardao', desde hace años, pesao' (Eh)
Los voy a aguantar hasta el KO
Creo que el reguetón o el trap aglutinan buena parte de lo que es este mundo en el que vivimos y viviremos: autobombo infantil, cosificación de los individuos (material consumible y desechable, Maluma cantat), victoria de lo explícito (que pone en grave riesgo la existencia del humor, el amor, la capacidad de leer entrelíneas, la ironía…), lo pornográfico, la inmediatez (el click con el dedo para comer, comprar, ligar, votar…), el "autotune" uniformador de voces, la delincuencia o el "forajidismo" como valor, etc.
Hoy, 22 de noviembre, ha sido día de Santa Cecilia, patrona de la música por un error de transcripción. En las actas de su martirio figuraba organis illa decantabat..., que se traduciría como "ella cantaba entre intrumentos candentes", pues fue condenada a morir por el vapor de un caldarium. Ese error de transcripción se tradujo en "ella cantaba y se acompañaba de un órgano" (canentibus organis decantabat...). Encomendado quedo a la Santa "por mí y por todos mis compañeros" para que nos ayude a no perder nunca la capacidad de apreciar la verdadera música. Santa Cecilia nos libre de la basura.
Un buen amigo me acusa de moralista en estas fritangas y puede que tenga toda la razón. Cuando uno es padre mira el futuro con más interés, pues cuando deje de pesar sobre la tierra el futuro moldeará el arte que venga y, también, la mirada de los que habiten el Planeta. Vean un vídeo del tal Tangana antes de irse a dormir esta noche o lean un poema de amor. Según la elección, los sueños serán bien diferentes. Good night, my friends.
Muerte al autotune!!
ResponderEliminarY que viva el Rock!!!!
ResponderEliminarmoralista... es que la reflexión, la crítica fundamentada, el conocimiento ¿es ahora reaccionario? lo que mola son los tertuliansos opinando de todo sin saber de nada. Por no decir berreando. Qué manía tener que decir algo de cualquier cosa. ¡Ánimo Manolín, gracias por tus reflexiones!
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